miércoles, 16 de marzo de 2011

Añoranzas


El mar. La mar.

El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste del mar?

En sueños, la marejada

me tira del corazón.

Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste

acá?


Rafael Alberti, Marinero en tierra (1924).

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