lunes, 28 de junio de 2010

El Baño Bendito de San Juan


En la Amazonia peruana la festividad de San Juan se celebra en muchas localidades con desfiles, bailes y una peregrinación que acaba con una baño ritual y purificador la noche del 23 de junio, el "Baño Bendito". Porque el Santo es el patrón de las fuentes y de los ríos y también el patrón de toda la región.

Y así sabemos que no en todas partes se asocia San Juan con el fuego pero sí con la purificación y la renovación cuyo símbolo también puede ser el agua.

Agua que se lleva lo viejo y lo malo río abajo.
Agua que limpia y vivifica como una hoguera.

Para saber más



viernes, 18 de junio de 2010

Agua azul




AGUA AZUL

Altos secretos dentro del agua se esconden
El regreso de la carne, cuerpo aún.
Como un puño cerrado o un bastón,
Abro el líquido azul, la espuma blanca,
Y por fondos de arena y madreperlas,
Bajo el velo sobre los ojos asombrados.

(En la medida del gesto, la anchura del mar
Y el nácar del suspiro que se enrosca)

Viene la ola de lejos, y fue un espasmo,
Viene el salto en la piedra, otro grito:
Después el agua azul descubre las millas,
Mientras un largo y largo y blanco pez
Baja al fondo del mar donde nacen las islas

José Saramago
(Traducción de Ángel Campos Pámpano)

In memoriam



jueves, 17 de junio de 2010

El hombre y el agua




EL HOMBRE Y EL AGUA


Si el hombre es un gesto
el agua es la historia.

Si el hombre es un sueño
el agua es el rumbo.

Si el hombre es un pueblo
el agua es el mundo.

Si el hombre es recuerdo
el agua es memoria.

Si el hombre está vivo
el agua es la vida.

Si el hombre es un niño
el agua es París.

Si el hombre la pisa
el agua salpica.

Cuídala
como cuida ella de ti.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar.

Agua, barro en el camino,
agua que esculpes paisajes,
agua que mueves milinos.
¡Ay agua!, que me da sed nombrarte,
agua que le puedes al fuego,
agua que agujereas la piedra,
agua que estás en los cielos
como en la tierra.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar...

Utopía (1992) Ariola



martes, 15 de junio de 2010

La modernidad liquida

En “La Modernidad Líquida” el filosofo y sociologo Zygmunt Bauman busca explorar los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y las características que han cambiado.

Vivimos en plena era del cambio y del movimiento perpetuo: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”.

Vivimos un tiempo líquido, señala Zygmunt Bauman, en el que ya no hay valores sólidos sino volubles; en el que los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse y gobernar las costumbres de los ciudadanos y en el que, casi sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y pérdidas como la renuncia al pensamiento, la separación del poder y la política en un mundo en el que el verdadero Estado es el dinero y, entre otros dramas, la renuncia a la memoria, puesto que “el olvido se presenta como condición del éxito”.

El sentimiento dominante hoy en día es la incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad. Se trata de una particular “precariedad”, la de esa inestabilidad asociada a la desaparición de patrones a los que anclar las certezas.

La incertidumbre en que vivimos se debe también a otras transformaciones entre las que se cuentan: el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo, o la renuncia al pensamiento y a la planificación a largo plazo: el olvido se presenta como condición del éxito.

Este nuevo marco implica la fragmentación de las vidas, exige a los individuos que sean flexibles, que estén dispuestos a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades.

Bauman también se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Postula que el amor al prójimo, uno de los fundamentos de la vida civilizada y de la moral, ha distorsionado hasta tal punto que se teme a los extraños.

Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, en el sentido de que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio -”liquidez” en el sentido financiero.

Bauman sostiene que nuestras ciudades son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior.

Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad" pero siempre inseguros de ella.

Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, al otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…

Explica Bauman que hace medio siglo los desempleados formaban parte de una suerte de reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía. Esta es una consecuencia de la globalización. La otra es que eres realmente superfluo. 

Para la economía sería mejor si desaparecieras. Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo, desvincularse.

(fuente: http://labola.wordpress.com/2008/01/20/modernidad-liquida-fragilidad-humana-y-averia-de-lo-cotidiano-de-zygmunt-bauman)

larmes

Les larmes (1936) by Man Ray


lunes, 14 de junio de 2010

Fluir y dejar fluir

                                                             Ni el agua ni la vida
                                                      ni el amor
                                                  se pueden retener 
                                                   entre las manos.
                                                  Solo se conserva
                                                  lo que se suelta:
                                                           fluir

jueves, 10 de junio de 2010

Es sed a la vera de un pozo el amor


A unos cien kilómetros de la capital de Belice se encuentra el círculo casi perfecto Blue Hole (Pozo Azul) con más de 300 metros de diámetro y una profundidad de 120 metros.
Este pozo azul es  la puerta de entrada a una cueva seca de la última glaciación. Cuando se fundieron los hielos, subió el nivel de las aguas e inundaron estas zonas.


Muchas veces, los amantes se cogen de la mano y sueñan juntos con la felicidad que los espera.

Pero por mucho que vivan, nunca serán tan felices como en ese instante en que sus manos se enlazan y sus sueños se mezclan.

Es sed a la vera de un pozo el amor,

el amor no es fruto, sino que es la flor.


Amin Maalouf, Premio Principe de Asturias de las Letras 2010


Aqua


domingo, 6 de junio de 2010

S.O.S.


¿Quién se queda con el agua? El mono que tiene el garrote. El mono desarmado muere de sed. Esta lección de la prehistoria abre la película 2001, Odisea del espacio.

“La naturaleza está ya muy cansada”, escribió el fraile español Luis Alfonso de Carvallo. Fue en 1695. Si nos viera ahora. Una gran parte del mapa de España se está quedando sin tierra. La tierra se va; y más temprano que tarde, entrará la arena por las rendijas de las ventanas. De los bosques mediterráneos, queda en pie un quince por ciento. Hace un siglo, los bosques cubrían la mitad de Etiopía, que hoy es un vasto desierto. La Amazonia brasileña ha perdido florestas del tamaño del mapa de Francia. En América Central, a este paso, pronto se contarán los árboles como el calvo cuenta sus pelos. La erosión expulsa a los campesinos de México, que se marchan del campo o del país. Cuanto más se degrada la tierra en el mundo, más fertilizantes y pesticidas hay que usar. Según la Organización Mundial de la Salud, estas ayudas químicas matan tres millones de agricultores por año. Como las lenguas humanas y las humanas culturas, van muriendo las plantas y los animales. Las especies desaparecen a un ritmo de tres por hora, según el biólogo Edward O. Wilson. Y no sólo por la deforestación y la contaminación: la producción en gran escala, la agricultura de exportación y la uniformización del consumo están aniquilando la diversidad. Cuesta creer que hace apenas un siglo había en el mundo más de quinientas variedades de lechuga y 287 tipos de zanahoria. Y 220 variedades de papa, sólo en Bolivia.

Con devoción y entusiasmo, el sur del mundo copia, y multiplica, las peores costumbres del norte. Y del norte no recibe las virtudes, sino lo peor: hace suya la religión norteamericana del automóvil y su desprecio por el transporte público, y toda la mitología de la libertad de mercado y la sociedad de consumo. Y el sur también recibe, con los brazos abiertos, las fábricas más cochinas, las más enemigas de la naturaleza, a cambio de salarios que dan nostalgia de la esclavitud. Sin embargo, cada habitante del norte consume, en promedio, diez veces más petróleo, gas y carbón; y en el sur sólo una de cada cien personas tiene auto propio. Gula y ayuno del menú ambiental: el 75 por ciento de la contaminación del mundo proviene del 25 por ciento de la población. Y en esa minoría no figuran, bueno fuera, los mil doscientos millones que viven sin agua potable, ni los mil cien millones que cada noche se van a dormir sin nada en la barriga. No es “la humanidad” la responsable de la devoración de los recursos naturales, ni de la pudrición del aire, la tierra y el agua. El poder se alza de hombros: cuando este planeta deje de ser rentable, me mudo a otro.

La belleza es bella si se puede vender y la justicia es justa si se puede comprar. El planeta está siendo asesinado por los modelos de vida, como nos paralizan las máquinas inventadas para acelerar el movimiento y nos aíslan las ciudades nacidas para el encuentro. Las palabras pierden sentido, mientras pierden su color la mar verde y el cielo azul, que habían sido pintados por gentileza de las algas que echaron oxígeno durante tres mil millones de años.

Eduardo Galeano

Brecha, Montevideo, viernes 16 de agosto de 2002.

http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/sos.htm

sábado, 5 de junio de 2010

Convertida en agua



METAMORFOSIS

Hay días en los que me despierto
convertida en agua:
Toda húmeda,
sin fondo,
habitada por luces,
tocándolo todo.
Días en que me siento océano
bailando al compás del universo,
haciéndome el remolino,
subiendo y bajando mis mareas...
Entonces se me antojan tus manos,
azules cuencos infinitos,
como único recipiente
capaz de contenerme




miércoles, 2 de junio de 2010

agua que separa




Yo creía que el agua siempre unía. Que era un elemento de cohesión. Que su sola presencia compartida suponía un vínculo inevitable entre cuerpos distantes. Pues no. La escultora Louise Bourgeois (la de la araña gigantesca junto al Museo Gugenheim de Bilbao, entre otros) recientemente fallecida, nos muestra en esta fuente-escultura que el agua puede ser un elemento de separación.

La obra está en el Olympic Sculpture Park de la ciudad de Seattle, en Estados Unidos. Se llama "Father and Son" y se trata de dos figuras de bronce que representan un niño y su padre, desnudos, uno frente al otro. Cada una de las figuras está rodeada de un surtidor de agua programado de forma que cuando una está visible, la otra está oculta bajo una cortina líquida. Y así sucesivamente. De tal manera que sus miradas jamás pueden encontrarse.

Supongo que la escultora quiso representar la (para ella) inevitable incomunicación entre los padres y los hijos. El agua es el elemento que les oculta uno al otro con cruel alternancia, condenándoles al tormento del eterno desencuentro.

Inquietante.