martes, 8 de diciembre de 2009

Carta del agua de la Patagonia a la Cumbre de Copenhague


CARTA A LOS LÍDERES DE LA CUMBRE DE COPENHAGUE 2009

Soy el agua de la Patagonia que viene del otro lado del mundo, del reverso de la historia y así como me hago escarcha y río y nube, me convierto ahora en palabra para que comprendan ustedes, gentes del norte, el dolor que están provocando en este sur del sur al que pertenezco.

Soy el agua de la Patagonia, la que nació del mismo corazón del Creador para fecundar este territorio desconocido, olvidado y despreciado por los poderosos. Reivindico ante ustedes su memoria para juntar sus raíces y rehacer todos sus sueños.

Soy el agua de la Patagonia y, como saben, toda forma de vida depende de mí. Me pueden ver jugando con la tierra en esta inmensidad apenas habitada por el ser humano, refugiada en los roqueríos y sumergida en la profundidad de sus silencios milenarios.

Soy el agua de la Patagonia, vivo en todo y en ustedes porque avanzo en su sangre, brillo en sus miradas y estoy presente en sus voces. Palpito también en los nidos de los colibríes, y en las alas de los cóndores entre las montañas. Enrojezco en la flor del notro, mientras preparo la redondez de los calafates, y me hago savia olorosa en las venas del ciprés. Dentro de unos meses seré dulzura blanca, tibia, en los hocicos de las liebres, los huemules y los zorros. Así como broté de un pezón tehuelche, y alimenté la conciencia que más tarde, en hermosas voces aonikaish, fue nombrando asombrada cuanto encontraba por las pampas y los bosques patagónicos.

Soy el agua de la Patagonia y, si ustedes no son capaces de cambiar su estilo de vida consumista y su modelo económico depredador, me habrán de ver inundando, arrasando y destruyendo, tal vez, lo que yo misma ayudé a levantar. Me verán enferma y sola, contaminada de ácidos y de miedos, desapareciendo de a poco para regresar a la nada cuando la seca muerte resucite y lo cubra todo con su sombra.

Soy el agua de la Patagonia que viene a denunciar sus olvidos y sus afrentas por culpa de ese modelo de desarrollo prepotente y suicida en el que han confiado sus vidas y su futuro. Sus alianzas y sus negocios, se han transformado en dolorosas heridas para la madre tierra. Yo aún duermo en los glaciares, recién salté de la cumbre, estoy aún reuniendo los hilos líquidos que animarán mañana la vida sedienta.

Soy el agua de la Patagonia y estoy temblando ahora ante sus manos indecisas, ¿acarrearán hasta acá nuevas heridas depredadoras?, ¿o la sabiduría les dará creatividad e ingenio para defenderme?… No cierren sus oídos al clamor de la ternura que surge de la vida que llevarán en su vientre las hijas de sus hijas.

Soy el agua de la Patagonia que viene a recordarles los millones de especies de seres vivos que ya no están a causa de la intervención homicida de sus industrias, de sus ciudades, de sus medios de transporte y de sus corazones de piedra. Ellas, que ya no existen, no contaron con la posibilidad de elección que tienen ahora ustedes.

Soy el agua de la Patagonia que viene a exigirles de una vez; cordura y compasión…

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